Era la primera vez que iba a una carrera de caballos y la verdad es que mi desconocimiento al respecto no podía ser mayor. Al ser tan populares en este país cuando surgió la oportunidad de ir a una cerca de casa no quise desperdiciar la ocasión.
Las famosas escenas de señores y señoras de la alta sociedad ataviados con espectaculares sombreros/pamelas es una de las primeras imágenes que me bien a la cabeza cuando pienso en citas hípicas. En Inglaterra carreras como las de Ascot, Epson y Cheltenham reúnen a la flor y nata del imperio. No sólo eso sino que durante esos eventos se mueven cantidades ingentes de dinero en apuestas y negocios varios.
Con esa idea en mente me fui preocupado al hipódromo de Bath esperando lo que antes en España había visto tantas veces por la tele. La preocupación me duró poco porque en seguida me di cuenta que allí había gente de todo tipo y que era muy fácil pasar por uno más sin necesidad de sombreros estrafalarios ó trajes de chaqué.
En frente de la grada del hipódromo había una explanada ocupada parcialmente por los corredores de apuestas itinerantes, esto es, que no trabajan a cargo del hipódromo sino que van siguiendo las carreras allá donde se celebren. Estos corredores de apuestas llamados coloquialmente bookies llevan consigo una especie de tarimas desmontables donde se encaraman para recoger las apuestas de los espectadores.
Aquí se ven a los bookies subidos en sus plataformas
En estas tarimas tienen un cartel donde escriben las probabilidad es de cada caballo en la siguiente carrera por ejemplo si Rocinante tiene unas probabilidades de ganar de 7 a 1 eso significa que si gana te llevas 7 veces lo que apostaste en un principio. Cuando una va a apostar por un caballo en particular ha de comparar entre los distintos bookies para asegurarse de que la apuesta se hace en el bookie más favorable. Los bookies cambian las probabilidades de cada caballo continuamente antes de la carrera para incentivar la apuesta o para reducir su riesgo.
Al hacer una apuesta los bookies te entregan un papelito con tus posibles ganancias a cobrar si el caballo elegido resulta ganador. Es curiosos ver como la gente sale disparad después de cada carrera hacia los bookies para cobrar sus premios y continuar el ciclo antes de la próxima carrera.
El ambiente en general es muy curioso ya que la gente se desespera o revienta de alegría a tu alrededor de manera aleatoria al final de cada carrera. En cierto sentido las carreras de caballos son como cualquier otro acontecimiento deportivo pero el hecho de que haya dinero de por medio hace que a gente se lo tome muy muy en serio. Yo aposté poco y perdí en todas las ocasiones, se ve que no se escoger bien mis caballos.
1 comentario:
Que bien! Hace poco fui por primera vez a un partido rugby en Bath, a ver si mi proxima visita a Bath es a las carreras, o al Festival de la Cerveza! que no es lo mismo, pero no esta nada mal!
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