22.9.08

Stourhead

A finales de Agosto visité junto a unos amigos la mansión de Stourhead. Los jardines que rodean la mansión, las esculturas y los palacios emanan un aire a Pride and Prejudice de lo más peculiar.

Sin ser un gran fan de esa época he de reconocer que la belleza del lugar es sobrecogedora. Cada perspectiva ha sido estudiada, cada planta y cada árbol es fruto de un cuidado diseño y análisis paisajístico.



Si estáis por la zona os recomiendo que dediquéis un día a pasear por este vestigio de épocas pasadas.

Aquí podeís ver algunas de las fotografías que hicé durante mi visita.

15.9.08

La gente deja Bristol

La gente deja Bristol. O al menos eso es lo que parece. Desde que llegué aquí un porcentaje muy alto de la gente que he ido conociendo tarde o temprano se marcha. Es cierto que la gran mayoría de esa gente no son nacidos en Bristol y por lo tanto tienen menos ataduras para con la capital del South West inglés. Aviso a navegantes, la mayoría de la gente a la que me refiero son británicos no sólo españoles añorando el buen tiempo.

Londres está a menos de 200 kilómetros y el atractivo del Big Smoke (apodo “cariñoso” que usan algunos británicos al hablar de Londres) es incuestionable. La promesa de un trabajo mejor remunerado, una vida social agitada y sentirse en el centro del “imperio” prueba ser demasiado tentadora para algunos.

Con los años uno va perdiendo la capacidad de hacer amigos. Los gustos son más marcados, la flexibilidad (a muchos niveles) disminuye y la predisposición a conocer gente nueva decrece. Por ello la importancia de mantener los lazos crece y la amistad se valora más.

Hoy en día la facilidad de desplazarnos, el conocimiento de la multitud de oportunidades que se encuentran ahí fuera, la capacidad de económica y la cultura del cambio hacen que el cambiar de trabajo/ciudad/país no sólo sea una posibilidad sino una tentación ante la cual difícilmente se puede argumentar en contra.