Con las llaves en la mano

Hoy en pleno solsticio de verano he recogido las llaves de la casa. La espera ha sido larga y la verdad es que la sensación que tengo es una mezcla de tremenda alegría y pánico escénico. Voy a aprovechar el blog para recoger las distintas impresiones/experiencias que vaya adquiriendo en el proceso de “acondicionar” la casa.

Al llegar al Reino Unido me llamó la atención ver como la mayoría de la gente hacía sus pinitos en el archiconocido DIY (Do It Yourself = Hazlo tu mismo). Básicamente digamos que el país entero es bastante “bricomaniaco”, no sé si tendrá que ver con alguno de los emblemas punks por excelencia surgidos desde aquí durante la década de los ochenta. Probablemente el motivo real sea la necesidad de ahorrarse el costo de la mano de obra ya que en el Reino Unido es muy elevada.

Al principio yo huía de la idea de tener que dar martillazos pero me parece a mí que no va a haber otra solución ya que aunque la casa está en muy buenas condiciones siempre hay algo que mejorar.

Para empezar por algo sencillito mañana voy a poner unas persianas venecianas para preservar el salón de los ojos indiscretos de los vecinos. Para ello me voy a tener que comprar un taladro, aunque aprovechando la confusión posiblemente también caiga un destornillador eléctrico. Y es que me han dicho, los amigos que ya han pasado por esto, que es la única manera de no destrozarse las muñecas y seguir comprando en el IKEA.

Supongo que con el DIY hay que tener cuidado, es una de las cosas dónde aquel eslogan de “si te pasas te lo pierdes” es aplicable. La inversión ha de merecer la pena pues la cantidad de tiempo y dinero que uno invierte en DIY puede no ser rentable.