29.4.06

Primeras impresiones

Por supuesto hablo del trabajo... últimamente estoy un poco monotema pero el hecho de empezar un nuevo ritmo de vida supongo que es lo que conlleva. La gente en la oficina es bastante maja, poco a poco se van definiendo con mayor claridad las distintas personalidades. Al ser un grupo mixto de edades (desde gente en sus primeros 20 hasta otros en sus últimos 50) hay comentarios/bromas para todos los gustos. Siempre dentro de lo que es el gran sentido del humor británico (para muestra un botón). El ambiente es distendido y eso ayuda a integrarse.

Ayer viernes fuimos por primera vez al pub que hay cerca de la oficina. Al estar la oficina alejada del centro parece ser que no es habitual que la gente vaya a tomarse una pinta durante la comida de los viernes a diferencia de otras empresas que si lo hacen.
Esta visita al pub formaba parte de la despedida de un chico de otro departamento y hasta ahí todo muy normal.

Parece ser que como parte del ritual de despedida (voluntaria por supuesto) la persona que cambia de trabajo (sin eufemismos) tiene que dar una especie de mini discurso al conjunto de la oficina.

Así que recibimos todos un email pidiendo la comparecencia de todo el personal para asistir a el discurso del pobre chaval. Una situación cuando menos curiosa. No me imagino que en España sucediera algo parecido. Normalmente cuando alguien se va de un trabajo lo hace porque esta hasta el gorro del curro y/o de los compañeros. Y si te he visto no me acuerdo.

Tan bien es verdad que, siguiendo las enseñanzas Feynman en el discurso sobre cargo cult science, he de reconocer que mi experiencia española al respecto es prácticamente nula y que mi opinión se basa en el sentido “común” ibérico.

Para concluir, me pareció chocante lo de los discursos de despedida de jefes/empleados entre otras cosas porque no hace falta ser muy mal pensado para darse cuenta de las grandes dosis de falsedad de la que están cargados este tipo de oratorias. Y para mentir mejor callar.





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