El pasado fin de semana empezó el tour de los all Blacks por el Reino Unido e Irlanda. Su primer partido fue contra el flamante campeón del 6 Naciones de este año. Gales esperaba a los neozelandeses, tras haber alcanzado en Marzo el Gran Slam, con algunas bajas importantes entre ellas la del mediatizado Gavin Henson.
Yo ví el partido a través de la BBC y la verdad es que esperaba algo distinto al que ví jugarse en el Millenium Stadium. Gales nunca estuvo a la altura de los todopoderosos All Blaks. Los de las antípodas fueron superiores en todos los aspectos, quizás el más obvio, en el físico. Los kiwis son una apisonadora de alta velocidad, cada uno de los quince jugadores que estaba en el campo superaba a su par contrario de manera ostensible.
Con esa superioridad paso lo que tenía que pasar y Nueva Zelanda arroyó a un tímido Gales delante de su público por un abultado 3-41.
Hoy todo pintaba distinto. Los All Blacks se enfrentaban al 15 del trébol en el mítico Lansdowne Road. Los de negro presentaban un 15 totalmente distinto al partido de la semana pasada con lo cual las posibilidades de los irlandeses de conseguir su primera victoria frente a los kiwis eran mayores que nunca.
A si que tras oír los himnos nacionales y la tradicional haka el partido empezó en Dublín de manera prometedora para los locales. Pero una cosa son promesa y otras son hechos. El "segundo" equipo de los All Blacks tomo este partido como un perfecto escaparate para reclamar su titularidad absoluta. Irlanda por el contrario no supo aprovechar la inexperiencia del rival y en el minuto 22 de la primera parte ya perdía por 12 puntos.
Es impresionante ver a los All Blacks jugar con esa sangre fría que les permite empezar las jugadas desde su línea de 22, patear en corto ó dar continuidad a la jugada pasando el balón una vez placados. Esto último resulta muy espectacular ya que las jugadas no se detienen en agrupaciones opacas para el espectador aficionado sino que las carreras de decenas de metros se alternan con placajes y recepciones dignas del mejor de los malabaristas.
Se llegó a la conclusión del partido con un abultado 7-45 maquillado parcialmente por el ensayo, en el último minuto, del pilar irlandés Marcus Horan.
Por ahora parece que la elite del hemisferio norte no esta a la altura de ninguno de los equipos que puedan presentar los All Blacks. El próximo fin de semana contra Inglaterra sea quizás la última posibilidad real de romper un Tour plagado de victorias.
12.11.05
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1 comentario:
A los All Blacks no se les puede toser. A mi me hacen la haka y me hago caquitas.
Son puñeteras máquinas: están fuertes como rocas y hasta último primera línea te baja de 12 segundos en 100 metros después pasarse todo el partido dando barrigazos a diestro y siniestro.
Miedo me dan.
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