Pearl of Sri Lanka

Anoche salimos a cenar por Clifton sin ningún restaurante en mente. A diferencia del centro de Bristol la zona de Clifton no esta invadida por pubs pertenecientes a franquicias como Pichter & Piano, Weathers Spoons, Yate´s y demás... este tipo de pubs son clónicos y pueden ser encontrados en casi todas las ciudades británicas.
Hecho que aunque agradable en un primer término resulta bastante aburrido ya que resta encanto el saber que el sitio no tiene nada en especial y que da igual estar en Cardiff, Birgmingham, Londres o Glasgow.

Paseando por las calles de Clifton encontramos un restaurante llamado Pearl of Sri Lanka . Desde fuera parecía medio vacío pero nos aventuramos a entrar con la intención de probar la comida de aquel exótico país. El sitio era bastante acogedor con varios niveles de pequeñas salones con capacidad para unas diez personas. Cada mesa estaba equipada con la esperada cubertería y con un centro hecho hojas de palmera y un coco a modo de candelabro.

Cuando nos enseñaron la carta se hizo patente lo diferente del lugar. En el Reino Unido es bastante común la comida hindú y pakistaní así que esperabamos los populares currys, baltis, popadums y demás secuelas del pasado colonial de este país. Nuestra sorpresa fue en aumento a medida que leíamos la carta y veíamos que ni por asomo conocíamos los platos que se nos ofrecían.

Así que tras unos minutos de indecisión nos decantamos cada uno por un NÚMERO en la carta con la esperanza de acertar en la elección y la verdad es que...acertamos. Mi número 39 resultó estar compuesto por sémola de trigo?, verduras, huevo cocido y acompañado con un a salsa de mango y otras dos salsa imposibles de identificar. AJ fue más valiente y pidió una combinación de tortitas de coco y pollo acompañado de una salsa bastante picante.

Para quitarnos el picor del paladar nos vimos "forzados" a pedir Wattalappam; una especie de flan embebido en almíbar súper dulce. La deliciosa comida junto con la amabilidad de los camareros nos hizo salir del restaurante con la sensación de haber acertado de pleno en la elección del restaurante. Fue una manera de ganarle un asalto a la goblalización pasando por ella.